This article examines pedagogical materials and Catholic youth magazines to uncover how, between 1926 and 1939, the Juventud Católica Femenina Mexicana (JCFM) pursued peasant moralization campaigns driven by young women’s shared distrust of Indigenous and mixed-race campesinas. It unearths the authoritarian dimensions of the group’s educational initiatives and exposes these efforts as fundamentally racial, gendered, and class-conscious political and religious projects. Moreover, this article traces how the JCFM, as an influential upper-class laywomen’s group, tried—and failed—to establish a nationwide educational curriculum grounded in Church doctrine to counter the influence of Protestant missions and Mexico’s nascent Secretariat of Public Education. It attributes these shortcomings to laywomen’s adherence to social hierarchy and their reluctance to offer meaningful solutions to peasant women’s economic hardships.
Este artículo analiza materiales pedagógicos y revistas católicas juveniles para demostrar cómo, entre 1926 y 1939, las socias de la Juventud Católica Femenina Mexicana (JCFM) llevaron a cabo campañas de moralización campesina impulsadas por la desconfianza hacia las mujeres indígenas y mestizas. Exhibe las dimensiones autoritarias de estas iniciativas y expone los esfuerzos de estas jóvenes como proyectos político-religiosos fundamentalmente etnorraciales, de género y de clase. Además, este artículo rastrea cómo la JCFM, siendo un influyente grupo de mujeres laicas de clase alta, intentó—y fracasó—en establecer un currículum educativo fundamentado en la doctrina de la Iglesia para contrarrestar la influencia de las misiones protestantes y de la Secretaría de Educación Pública a nivel nacional. Atribuye estos fracasos a la adhesión de estas mujeres a la jerarquía social y a su aprensión a ofrecer soluciones viables y efectivas a las dificultades económicas de las campesinas mexicanas.