El presente ensayo examina cómo el imperio de Maximiliano intentó construir una legitimidad política a través de una hábil utilización de la imagen, el simbolismo y el ritual. Sostiene que estos esfuerzos fracasaron no porque hubieran sido mal llevados o inapropiados sino debido a lo contencioso de la cultura política mexicana.

This content is only available via PDF.
You do not currently have access to this content.